Técnicas de relajación para bebés

El contacto piel con piel es la técnica de relajación más recomendada en recién nacidos. Esta consiste en colocar al bebé sobre el pecho y abdomen desnudo de su madre. Los expertos recomiendan hacerlo inmediatamente después del parto y con frecuencia durante los primeros meses de vida para aprovechar al máximo sus beneficios, entre los cuales se encuentran:

• Relajar al bebé y a la madre.
• Disminuir los episodios de llanto.
• Regular la temperatura corporal del bebé y la frecuencia cardiaca.
• Estimular la producción hormonal que fomenta el apego.
• Colonizar al bebé con bacterias saludables provenientes de la madre y el padre.

Conocida como la “técnica swaddling” o arrullo, consiste en envolver al bebé en una mantita o sábana para tranquilizarlo y favorecer el sueño. La sensación que ofrece al bebé estar envuelto se asemeja a la que experimenta cuando está en el seno materno. Esto evita el llanto excesivo y los despertares.

Pero, ¿cómo arrullarlo para que esta práctica sea segura? Sigue estos pasos:

• Estira la manta y dobla una de las esquinas.
• Coloca al bebé boca arriba sobre la manta, con la cabeza sobre la esquina doblada.
• Deja pegado el brazo izquierdo del bebé al cuerpo y dobla la manta por encima del cuerpo.
• Repite este procedimiento con el otro brazo: pega el brazo derecho al cuerpo del bebé y dobla la esquina de la manta por encima.

Ten en cuenta que la manta no debe quedar muy ajustada. No se debe tapar la cabeza del bebé ni bloquear las caderas. Esta técnica de relajación solo es aplicable en recién nacidos. La Academia Americana de Pediatría señala que los padres deben dejar de envolver a su bebé cuando intente voltearse por sí solo, es decir, hasta alrededor de los 2 meses.

Una de las técnicas más utilizadas para tranquilizar a tu bebé es cargarlo en el pecho y mecerlos con suavidad, de adelante hacia atrás. Estar en movimiento y sentirse protegido en los brazos de sus padres basta para regular su ritmo cardíaco y disminuir la ansiedad o el estrés que puedan estar sintiendo.

También puedes mecerlo en una silla o hamaca. El vaivén puede promover el sueño en la mayoría de los niños.

Dar masajes cuidadosamente al bebé puede ser otra manera fácil y efectiva de relajarlo. El tacto es esencial para la salud y el desarrollo emocional de un niño, pues fomenta el vínculo afectivo y, además, lo calma en momentos en los que se encuentra irritable y estresado. En este sentido, acariciarlo o darle un masaje ayuda a relajar sus músculos, lo que sin duda puede ayudarlo a conciliar el sueño. Por ello, suele recomendarse como parte de la rutina diaria antes de dormir.

En ocasiones, basta con acariciar suavemente la espalda, el pecho o el estómago. Si dispones de tiempo y el bebé se muestra receptivo, puedes hacer un masaje en todo el cuerpo. Comienza por masajear los dedos de los pies, las piernas, el estómago, el pecho, los brazos y la carita. Después, voltea al bebé y sigue hacia los hombros, la espalda y termina en sus tobillos. Puedes dar este masaje con una crema hipoalergénica o aceite para bebés.

Los bebés pueden comenzar a percibir sonidos desde las 18 semanas de gestación. La voz y el sonido del corazón de la madre ya son familiares para él desde su nacimiento. Por ello, una de las técnicas para relajar a los bebés se basa en hablarles, cantarles o leerles en voz baja, muy cerca, para que además perciban el olor y el sonido del corazón.

Los expertos también recomiendan el uso de ruidos blancos, como ventiladores o grabaciones de lluvia, para calmarlos y hacerlos dormir. Estos sonidos se asemejan a los gorgoteos y otros ruidos que escuchaban dentro del útero. Otras opciones son poner música suave, como música clásica, o sonidos de la naturaleza. Aquí encontrarás Canciones de nanas para bebés relajantes.

Si buscas tranquilizar a tu bebé, una técnica que suele dar buenos resultados es darle un baño de agua tibia, con un temperatura del agua entre 90 y 100 °F. Puedes comenzar a poner en práctica esta técnica desde el día siguiente a su nacimiento. Bañarlo dentro de una tina les da a los recién nacidos una sensación similar a la de estar dentro del útero.

Además, esto ayuda a la vasodilatación y a que la temperatura central del cuerpo descienda ligeramente, lo cual es ideal para conciliar el sueño. Eso sí, debes bañarlo en una habitación con una temperatura agradable y tener a la mano una toalla cálida, lista para envolverlo. Por su efectividad, se suele incluir el baño en su rutina de sueño. Aquí podrás leer más sobre A qué temperatura debe estar el agua para el baño del bebé.

Existen olores naturales que pueden ayudar a tranquilizar al bebé, entre ellos, el olor materno y fragancias de plantas naturales con efectos calmantes como la lavanda y la manzanilla. Los aceites esenciales de estas plantas pueden ser una opción de terapia para tranquilizar a los bebés e incluso podrían ser efectivos para disminuir algunos malestares, como los cólicos del lactante.

Sin embargo, aún son necesarias más investigaciones que avalen el uso de aceites esenciales en niños menores de 3 años. Además, no se recomienda su uso en bebés menores de 3 meses. Si tienes la autorización del pediatra, puedes diluir el aceite esencial y agregar 2 o 3 gotas en la crema corporal que utilices para hacerle masajes o en el agua donde lo bañas. Recuerda que el aceite esencial no debe usarse directamente en la piel del bebé.

Caminar con un bebé en brazos durante al menos 5 minutos puede ser efectivo para tranquilizarlo cuando tiene un episodio de llanto y otras técnicas de relajación no parecen dar resultados. Investigadores japoneses encontraron que caminar con el bebé durante 5 minutos y después sentarse con él en brazos durante 8 minutos ayuda a disminuir su frecuencia cardíaca y a calmarlo^[1].

En ocasiones, también puede ser de ayuda pasear al bebé en su carriola o en la silla del coche. Esto estimula su sistema vestibular y visual, y además, promueve su relajación.

En ocasiones, estimular el movimiento de succión también puede ayudar a que el bebé se relaje. Lo principal es ofrecerle el biberón o el pecho; sin embargo, si no es hora de alimentarlo, puedes ofrecerle un chupete. Algunos bebés pueden autocalmarse y tener un sueño de calidad solo con la ayuda de este objeto.

Ten en cuenta que si estás amamantando al bebé, esta técnica solo puedes llevarla a cabo cuando el bebé tenga una lactancia materna bien establecida, después de la tercera o cuarta semana.

A partir de los 2 años, puedes incluir otras técnicas de relajación más adecuadas a esta etapa utilizando objetos o juguetes que faciliten el logro del objetivo. No obstante, esta técnica solo se recomienda en niños que ya puedan seguir instrucciones.

Para enseñarle a tensar y relajar los músculos, solo debes indicarle que abrace fuerte a su peluche, preferiblemente de un tamaño mediano, y después pídele que lo suelte gradualmente.

Hacia los dos años de edad, los bebés comienzan las típicas rabietas en los niños. En esta etapa, la "botella de la calma" puede ser una técnica bastante práctica para tranquilizarlos. Para esto, necesitas una botella transparente, agua, purpurina de colores y colorante. Introduce estos ingredientes en la botella y cierra muy bien.

Cuando necesites que el niño se calme, ya sea por enfado o porque tiene un episodio de llanto, puedes pedirle que agite el frasco. Observar la purpurina caer dentro de la botella puede tener un efecto relajante en los niños.

Ayudar al bebé a relajarse se traduce en una serie de beneficios para su salud, entre estos:

• Disminuye los niveles de la hormona del estrés.
• Disminuye los episodios de llanto y rabietas.
• Mejora la conciliación del sueño y la calidad del mismo.
• Reduce la tensión muscular y los ayuda con la flexibilidad de las extremidades.
• Fomenta la vinculación afectiva.
• Estimula los sentidos, lo que se traduce en un mejor desarrollo cognitivo.

El cuidado de un bebé puede resultar agotador, en especial, cuando a pesar de aplicar varias de estas técnicas sigue irritable y con un llanto intenso. En estos casos, se recomienda identificar la causa, pues podría estar relacionada con dolor o malestar. Poner en práctica estas técnicas te ayudará a manejar de mejor manera los episodios de irritabilidad del bebé, lo que proporciona bienestar y disfrute de la maternidad.

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