¿Qué pasa si el líquido amniótico tiene infección?

Los síntomas de la infección por líquido amniótico, pueden variar de una mujer a otra y es posible que no sean tan evidentes en todos los casos. Te mencionamos algunos de los más comunes, a continuación:

• Fiebre: este es uno de los signos más comunes de infección, significa que en el cuerpo está ocurriendo un proceso infeccioso y las defensas están activas, tratando de combatirlo.
• Dolor abdominal: sensación de dolor o malestar en la parte baja del abdomen.
• Contracciones uterinas: estas contracciones pueden ocurrir repetidamente y ser más dolorosas de lo habitual.
• Secreción vaginal con mal olor: la secreción vaginal con mal olor puede ser un signo de infección.
• Taquicardia: aumento del ritmo cardíaco tanto en la madre como en el bebé.
• Malestar general: sensación de cansancio, debilidad e incomodidad.

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La infección del líquido amniótico en el embarazo generalmente ocurre cuando las bacterias de la vagina viajan hasta el útero e ingresan al saco amniótico. Algunas de las causas más comunes incluyen:

1. Rotura prematura de membranas

La rotura prematura de membranas (RPM) ocurre cuando el saco amniótico se rompe antes de que comience el parto. Esta situación expone al útero y al líquido amniótico a un mayor riesgo de contaminación bacteriana. Una vez que las membranas se han roto, las bacterias que normalmente están presentes en la vagina pueden ascender y multiplicarse en el ambiente amniótico, causando infección.

El riesgo aumenta especialmente si la rotura prematura se prolonga por más de 18 a 24 horas antes del inicio del parto. En este artículo te explicamos Cómo detectar una fisura en la bolsa amniótica.

2. Procedimientos invasivos

Algunos procedimientos médicos realizados durante el embarazo, como la amniocentesis, procedimiento para extraer líquido amniótico con fines de diagnóstico, o el monitoreo uterino invasivo, pueden aumentar el riesgo de infección. Estos procedimientos pueden permitir la entrada de bacterias en el útero, especialmente si no se siguen estrictas medidas de asepsia.

La manipulación del cuello uterino y la introducción de instrumentos en el útero también pueden romper las barreras naturales que previenen la infección.

3. Infección preexistente

Una infección vaginal o del tracto urinario que no se trata adecuadamente puede ser un factor predisponente para la infección del líquido amniótico. Las bacterias responsables de estas infecciones pueden extenderse hacia el útero y contaminar el líquido amniótico.

Las infecciones preexistentes deben ser gestionadas con atención para reducir el riesgo de complicaciones durante el embarazo.

4. Embarazo prolongado

El embarazo prolongado, definido como aquel que supera las 42 semanas de gestación, puede aumentar el riesgo de infección del líquido amniótico. A medida que el embarazo se extiende, el riesgo de que el saco amniótico se rompa espontáneamente también aumenta, lo que facilita la entrada de bacterias al entorno amniótico.

Además, el líquido amniótico puede volverse menos efectivo en su capacidad de proteger al bebé a medida que el embarazo avanza, incrementando el riesgo de infección.

En caso de confirmar que existe una infección en el líquido amniótico, tu médico recomendará interrumpir el embarazo, sin importar la semana en la que te encuentre. Esto no debe retrasarse, ya que la infección afectará no solo al bebé, sino también a la madre, pudiendo causar sepsis, que es cuando las bacterias se transmitirán a la sangre, una situación muy peligrosa.

Las infecciones del líquido amniótico pueden tener consecuencias graves tanto para la madre como para el bebé, entre ellas:

• Nacimiento prematuro: la infección puede causar contracciones uterinas y parto prematuro. El feto es expulsado junto con la membrana amniótica. Esto ocurre de forma natural para evitar la infección de la madre. Cuando el bebé es prematuro, se siguen medidas para ayudar a que sus pulmones maduren antes de sacarlo; por ejemplo, se administran corticoides.
• Infecciones del recién nacido: los bebés pueden infectarse durante el nacimiento, lo que puede provocar complicaciones como neumonía, meningitis o sepsis.
• Retraso del crecimiento intrauterino: la infección puede afectar el desarrollo del bebé.
• Muerte fetal: en casos más graves, la infección puede poner en riesgo la vida del bebé. En muchos casos, la infección es la que provoca el parto prematuro.
• Endometritis: infección del revestimiento interno del útero de la madre.
• Sepsis: infección sistémica que puede poner en riesgo la vida de la madre.

El tratamiento de la infección por líquido amniótico dependerá de la gravedad de la infección y de la etapa del embarazo. En general, el objetivo del tratamiento es eliminar la infección y prevenir complicaciones, tanto para la madre como para el bebé.

Una vez que se diagnostica la infección, se utilizan antibióticos para tratar la corioamnionitis. Tu médico también puede recomendar un parto anticipado para reducir las complicaciones y es posible que debas seguir tomando antibióticos después del parto.

• Antibióticos: Se administran antibióticos de amplio espectro por vía intravenosa para combatir las infecciones. Los antibióticos más utilizados incluyen ampicilina y gentamicina.
• Inducción del parto: si la infección es grave o si el bebé muestra signos de sufrimiento fetal, se puede recomendar la inducción del parto.
• Cesárea: en algunos casos, puede ser necesaria una cesárea para extraer al bebé y tratar la infección.

La corioamnionitis, puede provocar una infección sanguínea grave en la madre llamada sepsis. Esto puede provocar que el bebé nazca prematuramente. También puede provocar infecciones graves en los recién nacidos, como neumonía, meningitis, daño cerebral o la muerte. Además de la infección, pueden ocurrir otros cambios en el líquido amniótico, como:

• Polihidramnios: aumento del líquido amniótico.
• Oligohidramnios: cantidad insuficiente de líquido amniótico.
• Meconio: la presencia de meconio (la primera evacuación intestinal del bebé) en el líquido amniótico, lo que puede indicar estrés fetal.
• Rotura prematura de membranas: si se rompe fuente prematuramente, los antibióticos reducirán el riesgo de corioamnionitis. También ayuda a limitar la cantidad de exámenes vaginales antes y durante el parto.

Aunque no siempre es posible prevenir la infección del líquido amniótico, algunas medidas pueden ayudar a reducir el riesgo:

• Mantener una correcta higiene: mantener una buena higiene personal, especialmente en la zona genital.
• Tratar de inmediato la infección: todo tipo de infecciones vaginales o urinarias deben tratarse inmediatamente.
• Realizar exámenes prenatales: realice todos los exámenes prenatales para realizar un seguimiento completo del embarazo.

Es importante recordar que la infección del líquido amniótico es una afección médica grave que requiere atención inmediata. Si sientes alguno de los síntomas mencionados, debe comunicarte con tu médico de inmediato. Si quieres saber más información al respecto, puedes consultar Corioamnionitis en el embarazo: síntomas, causas y tratamiento.

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