Monitorización fetal: qué es, cuándo se realiza y para qué sirve

Monitorización fetal: qué es, cuándo se realiza y para qué sirve

La monitorización fetal es una técnica que evalúa el bienestar del bebé durante el embarazo o parto, midiendo su frecuencia cardíaca y las contracciones uterinas. Gracias a ella, los profesionales de la salud pueden obtener información valiosa sobre la frecuencia cardíaca del feto, la presencia de contracciones uterinas y otros parámetros que ayudan a asegurar un desarrollo saludable del bebé.

Los métodos de monitoreo pueden ser externos, ya que, como su nombre indica, se realiza desde el exterior del abdomen de la madre. También existe el monitoreo interno, que consiste en evaluar directamente al bebé cuando todavía está dentro del útero. En este artículo de paraBebés encontrarás toda la información que necesitas acerca de la monitorización fetal: qué es, cuándo se realiza y para qué sirve.

Qué es la monitorización fetal

La monitorización fetal es un procedimiento no invasivo que registra la frecuencia cardíaca fetal y la actividad uterina. Se realiza con un instrumento llamado fetoscopio, o usando un dispositivo Doppler, que permite el monitoreo interno cuando el bebé todavía está en el útero de la madre. Esta información se traduce en una gráfica, que permite a los profesionales de la salud evaluar el bienestar del bebé y detectar posibles problemas.

El objetivo de la monitorización fetal es registrar el ritmo y la frecuencia de los latidos del corazón, determinando cuánto cambia o varía. Si el patrón es anormal, esto significa que el bebé tiene bajo aporte de oxígeno, lo que puede indicar que hay otras complicaciones o problemas. A continuación, te explicamos cuándo se puede realizar la monitorización fetal durante el embarazo y el parto:

  • Durante el embarazo: la monitorización fetal se realiza de forma rutinaria en las últimas semanas del embarazo, generalmente a partir de la semana 32, para evaluar el bienestar del bebé y detectar posibles complicaciones.
  • Durante el trabajo de parto: la monitorización fetal es una herramienta fundamental durante el trabajo de parto, ya que permite controlar la frecuencia cardíaca del bebé y la intensidad de las contracciones uterinas. Esto ayuda a detectar posibles signos de sufrimiento fetal y a tomar decisiones informadas sobre el manejo del parto.

Tipos de monitorización fetal

Existen dos tipos principales de monitorización fetal:

  • Monitorización fetal externa: es el método más común y se realiza colocando dos sensores en el abdomen de la madre. Un sensor registra la frecuencia cardíaca fetal y el otro registra las contracciones uterinas. La información se transmite a un monitor, que muestra los datos en una gráfica.
  • Monitorización fetal interna: este método se utiliza con menos frecuencia, y se realiza colocando un electrodo en el cuero cabelludo del bebé. Proporciona una lectura más precisa de la frecuencia cardíaca fetal, pero es más invasivo y solo se utiliza en situaciones específicas, como cuando la monitorización externa no es posible o cuando se necesita una evaluación más precisa del bienestar fetal. Es recomendable solo cuando el saco amniótico se rompe y el cuello uterino está parcialmente abierto (dilatado).

¿Cuánto es lo normal del monitoreo fetal?

Monitorear la frecuencia cardíaca del bebé brinda una valiosa información, porque permite detectar si los latidos del corazón disminuyen o aumentan, y saber cuándo cambia. Los valores normales de la frecuencia cardíaca varían según la edad gestacional y la actividad del bebé.

En general, se considera normal una frecuencia cardíaca fetal entre 110 y 160 latidos por minuto, se va registrando con los movimientos del bebé, y debe aumentar 15 latidos por minuto durante 15 segundos.

La gráfica de la monitorización fetal muestra la frecuencia cardíaca fetal en relación con las contracciones uterinas. Los profesionales de la salud buscan patrones específicos en la gráfica que indican el bienestar del bebé. Los patrones que se evalúan son los siguientes:

  • Variabilidad: este aspecto se refiere a las fluctuaciones normales en la frecuencia cardíaca fetal. Cuando es adecuada, indica que el bebé está bien oxigenado y tiene un buen estado neurológico.
  • Aceleraciones: son aumentos temporales en la frecuencia cardíaca fetal, que suelen ocurrir en respuesta a los movimientos del bebé. Las aceleraciones son un signo positivo, que indica bienestar fetal.
  • Desaceleraciones: son disminuciones temporales en la frecuencia cardíaca fetal. Existen diferentes tipos de desaceleraciones, y algunas pueden indicar que el bebé está experimentando estrés o falta de oxígeno.

Beneficios de la monitorización fetal

La monitorización fetal ofrece numerosos beneficios para la salud de la madre y el bebé:

  • Detectar problemas o riesgos a tiempo: la monitorización fetal permite detectar tempranamente posibles problemas, como la falta de oxígeno o el sufrimiento del bebé dentro del útero. Esto permite a los profesionales médicos a cargo del embarazo, tomar las medidas necesarias para prevenir complicaciones.
  • Tomar decisiones adecuadas: la información que brinda la monitorización fetal permite orientar a los profesionales de la salud a tomar decisiones informadas sobre cómo manejar del parto, así como la necesidad de inducirlo si es necesario o realizar una cesárea. En este artículo encontrarás información sobre el Parto inducido: qué es, cuánto dura y cómo afrontarlo.
  • Reducir la ansiedad: para muchas mujeres, la monitorización fetal proporciona tranquilidad, al saber que su bebé está siendo monitoreado de cerca.
  • Mayor seguridad durante el parto: la monitorización fetal garantiza un parto seguro, tanto para la madre como para el bebé.

En definitiva, monitorización fetal es un procedimiento no invasivo y seguro. Se realiza de forma rutinaria en las últimas semanas del embarazo y durante el trabajo de parto. Permite evaluar el bienestar del bebé y detectar posibles complicaciones.

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Bibliografía
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