Mi hijo rechina los dientes: por qué y qué puedo hacer

El término bruxismo infantil se refiere al hábito de apretar o rechinar los dientes durante el día o, más frecuentemente, durante el sueño. En términos médicos, el bruxismo o rechinar de dientes ocurre cuando una persona duerme con la mandíbula apretada y sus dientes rechinan. La Academia Americana de Medicina del Sueño lo define como una actividad muscular mandibular caracterizada por apretar o rechinar los dientes y/o por refuerzos o empuje de la mandíbula durante el sueño.^[1]

Si tu hijo/a tiene bruxismo, es posible que escuches ruidos tipo crujidos o roces mientras duerme. Esta situación se presenta con mucha frecuencia durante la primera infancia; el rechinamiento de la mandíbula superior contra la mandíbula inferior es un signo de bruxismo, que se aprende o que la mayoría de los niños pequeños aprenden naturalmente.

El estado de los dientes del niño brinda información significativa al odontólogo pediátrico para identificar el grado de rechinamiento que presenta, ya que cuando lo hacen regularmente, los dientes suelen mostrar un patrón de desgaste excesivo, incluso si los padres no están conscientes de que su hijo padece bruxismo nocturno.

¿A qué edad suele aparecer el bruxismo infantil?

Aunque puede ocurrir a cualquier edad, es más común entre los niños de tres a diez años. Según los estudios, los niños de tan solo 6 meses pueden experimentar bruxismo cuando crecen los dientes de leche y alrededor de los 5 años después, cuando los dientes permanentes aparecen.

En niños y adolescentes menores de 12 años, independientemente del género, el bruxismo disminuye con la edad. Otro estudio reportó que la prevalencia era de 5% a 40% en niños menores de 10 años, según el análisis de varios estudios realizados en diferentes países (Brasil, China y EE.UU.).^[3]

El bruxismo es una condición que merece atención, ya que los niños pueden experimentar diversas molestias, como dolor en la mandíbula, dolores de cabeza y de oído, especialmente cuando el rechinamiento es frecuente. En algunos casos, este hábito puede persistir hasta la edad adulta. Como padres, debemos estar atentos. Si escuchamos ruidos de rechinamiento dental por las noches, no se trata simplemente de apretar los dientes sin motivo. Podría indicar dolor u otra causa, como las que detallaremos más adelante en este artículo.

Muchas cosas pueden causar bruxismo, como una mala mordida, estados de depresión, ansiedad, miedo o estrés, deficiencias nutricionales y vitamínicas, parásitos, entre otras. Las causas exactas del bruxismo infantil aún no se conocen por completo, pero se han identificado varios factores que pueden contribuir a este hábito, y te los detallamos a continuación:

• Desarrollo de los dientes: durante la dentición, los niños pueden rechinar los dientes como una forma de aliviar las molestias.
• Estrés y ansiedad: los cambios en la rutina, problemas en la escuela, conflictos familiares u otros factores estresantes pueden desencadenar el bruxismo.
• Desalineación dental: una mala oclusión (mordida) puede provocar que los dientes se rocen entre sí, lo que puede llevar al bruxismo. En niños pequeños, puede deberse a inmadurez del sistema masticatorio neuromuscular.
• Hábitos orales: chuparse el dedo, morderse las uñas u otros hábitos orales pueden contribuir al bruxismo.
• Deficiencias nutricionales y vitamínicas: el bruxismo puede estar asociado a parasitosis intestinales, alergias, parálisis cerebral, deficiencias mentales y disturbios endocrinológicos, otorrinolaringológicos y gastrointestinales. ^[4,5]
• Trastornos del sueño: algunos niños pueden rechinar los dientes durante el sueño debido a trastornos como la apnea del sueño.
• Factores hereditarios: algunas investigaciones reportan que los hijos de padres que tenían bruxismo en la infancia aprietan o rechinan los dientes.
• Medicamentos: ciertos medicamentos pueden causar bruxismo como efecto secundario.

El bruxismo puede tener varias consecuencias, tanto a corto como a largo plazo:

• Desgaste del esmalte dental: el constante roce de los dientes puede desgastar el esmalte, haciéndolos más susceptibles a las caries y la sensibilidad.
• Dolor en la mandíbula: el apretamiento de los dientes puede causar dolor en la mandíbula, los músculos faciales y las articulaciones temporomandibulares.
• Dolores de cabeza: el bruxismo se ha relacionado con dolores de cabeza tensionales.
• Problemas en las encías: el bruxismo puede provocar el retroceso de las encías y aumentar la sensibilidad dental.
• Daño en los empastes o coronas: si el niño tiene empastes o coronas, el bruxismo puede dañarlos.

El bruxismo desaparece naturalmente en la mayoría de los niños a los trece años. Mientras tanto, el odontólogo pediátrico monitoreará continuamente su impacto en los dientes. El tratamiento del bruxismo infantil dependerá de la causa subyacente y de la gravedad de los síntomas. Algunas opciones de tratamiento incluyen:

• Identificar y abordar la causa: si el bruxismo está relacionado con el estrés, se pueden implementar técnicas de relajación como la respiración profunda, la meditación o el yoga. Si la causa es una desalineación dental, se puede recomendar el uso de un aparato de ortodoncia.
• Férula de descarga: una férula de descarga es un dispositivo bucal personalizado que se coloca sobre los dientes durante el sueño para protegerlos del desgaste y reducir el dolor.
• Tratamiento oclusal: se puede iniciar un tratamiento oclusal para cambiar la superficie de la mordida de los dientes con corona y continuar un tratamiento adecuado.
• Medicamentos: en algunos casos, el dentista o pediatra puede recetar medicamentos para relajar los músculos de la mandíbula.
• Terapia física: un fisioterapeuta puede enseñar ejercicios para relajar los músculos de la mandíbula y mejorar la función articular.

Además de los tratamientos mencionados anteriormente, puedes tomar estas acciones en casa:

• Crea un ambiente relajante: establece una rutina relajante antes de dormir, como leer un cuento o tomar un baño caliente.
• Enseña técnicas de relajación: para ayudarlo a manejar el estrés, enseña a tu hijo técnicas de respiración profunda y relajación muscular. En este artículo encontrarás diversas Técnicas de relajación para bebés
• Vigila su alimentación: evita que coma alimentos duros y pegajosos, ya que pueden tensar los músculos al masticar.
• Consulta a un dentista: visita regularmente al dentista para evaluar el estado de sus dientes y ofrecerte sugerencias.

Es importante tener en cuenta que el bruxismo infantil es un problema complicado, que puede requerir una estrategia multidisciplinaria. La cooperación entre padres, dentistas y otros profesionales de la salud es fundamental para lograr un tratamiento eficaz.

En cualquier caso, si tu hijo/a rechina los dientes, no dudes en consultar a tu pediatra o dentista para que realice un diagnóstico preciso y recomendar el tratamiento más adecuado. Recuerda que cada niño es único, y lo que funciona para uno puede no funcionar para otro. La paciencia y la consistencia son clave para abordar el bruxismo infantil.

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