Cuando mi bebé respira se escuchan flemas, ¿debo preocuparme?

La presencia de flema en la respiración de un bebé no siempre es motivo de preocupación. De hecho, en la mayoría de casos es normal que los bebés produzcan pequeñas cantidades de moco para mantener la humedad en las vías respiratorias y atrapar los gérmenes.

Sin embargo, existen casos en los que la presencia de flema puede ser signo de un problema de salud más serio, por ejemplo, cuando las secreciones se producen debido a la inflamación del sistema respiratorio, generalmente a causa de un resfriado, una infección viral o una alergia. Cuando tu bebé tiene flema, debes prestar atención a los siguientes signos:

Cuando tu bebé tiene flema, debes prestar atención a los siguientes signos:

• Ruidos respiratorios anormales: si notas que tu bebé respira con dificultad, tiene sibilancias (como un silbido al respirar), ronca fuerte o respira rápida o superficialmente, consulta a su médico.
• Fiebre: la fiebre puede ser un signo de infección, lo que causa una mayor producción de moco.
• Cambios en la alimentación o el sueño: si tu bebé tiene problemas para comer, dormir, parece más nervioso o agitado de lo habitual, consulta a su médico.
• Secreción nasal verde o espesa: la secreción nasal verde o espesa generalmente es un signo de una infección bacteriana.
• Tos persistente: una tos persistente, especialmente si va acompañada de otros síntomas como fiebre o dificultad para respirar, puede ser un signo de una infección respiratoria.

La duración de la flema en un bebé depende de la causa subyacente, ya sea que se trate simplemente de resequedad en las vías respiratorias o de un resfriado. La flema, por lo general, desaparece por sí sola en unos pocos días, a menos que se desarrolle bronquiolitis, una afección común causada por el virus sincitial respiratorio, neumonía o algún otro virus, los cuales aumentan la producción de moco.

Dependiendo de estas condiciones, la flema puede desaparecer por sí sola o requerir tratamiento farmacológico. Si el cuadro se prolonga por más de 10 días y además aparecen síntomas como fiebre o vómitos, deberás acudir a la consulta de un médico especialista para que pueda evaluar la salud de tu bebé. En estos casos, la flema podría ser un signo de infección que requiera de tratamiento médico para eliminarla.

Los bebés de solo unos meses suelen tener algunos mocos y flemas, incluso cuando no están resfriados. De hecho, la mucosidad es un mecanismo de defensa muy eficaz para su cuerpo, que comienza a fortalecerse para combatir diversos virus. De esta forma, limpian el sistema respiratorio de gérmenes (los expulsan) e impiden su reproducción.

Sin embargo, la desventaja es que los bebés tienen dificultades para expulsar las flemas, ya que todavía no han desarrollado por completo el reflejo de toser y aclararse la garganta. Además, la flema siempre va acompañada de congestión.

Otras razones por las que cuando tu bebé respira se escuchan flemas incluyen:

• Ambiente seco: el aire seco puede irritar el sistema respiratorio y aumentar la producción de moco.
• Resfriado común: este tipo de resfriado es una infección viral que causa congestión nasal, tos y flema.
• Alergias: las alergias producen síntomas parecidos a los del resfriado, como secreción nasal, estornudos y congestión nasal.
• Bronquiolitis: es una infección viral que afecta los pequeños conductos aéreos de los pulmones. Esta enfermedad es común en niños menores de dos años y puede causar tos, sibilancias y dificultad para respirar.
• Neumonía: la neumonía es una infección pulmonar que puede ser causada por bacterias o virus. Este es un problema grave que requiere atención médica inmediata.

En primer lugar, recuerda no administrar ningún medicamento sin consultarlo con el pediatra, incluidos los antibióticos, cuando tu bebé tenga síntomas de infección, ya que estos se usan para tratar infecciones bacterianas y no virales.

A continuación, te mencionamos algunas medidas útiles para contribuir a eliminar la flema en un bebé:

• Utiliza un humidificador: un humidificador puede agregar humedad al aire, ayudar a eliminar la flema y facilitar que tu hijo respire mejor.
• Aspira la nariz de tu bebé: puedes utilizar una pera nasal o un aspirador para succionar la mucosidad de la nariz de tu bebé. Esto puede ayudarle a respirar mejor y prevenir infecciones de oído.
• Gotas nasales de solución salina: estas contribuyen a reducir la cantidad de mucosidad en los bebés. Sin embargo, asegúrate de que no contengan ningún medicamento para evitar efectos no deseados.
• Aspiración de la flema: la flema también se puede aspirar utilizando un dispositivo de succión apropiado para la edad. Para evitar dañar la nariz de tu bebé, hazlo con suavidad y con la ayuda de un profesional.
• Ofrece a tu bebé muchos líquidos: los líquidos ayudan a diluir la mucosidad y a mantenerla fluida. Continúa con la alimentación habitual; la leche materna es imprescindible para bebés menores de 6 meses. Beber líquidos continuamente ayuda a eliminar la flema y descongestionar la garganta. La hidratación continua también evita mayores complicaciones en la salud del niño.
• Eleva la cabeza de tu bebé: mantener la cabecera elevada mientras duerme ayuda a extraer la mucosidad de los senos nasales y facilita una respiración más fácil.
• Dale un baño de agua tibia: el vapor del agua tibia ayuda a aflojar la mucosidad y aliviar la congestión nasal.
• Evita el tabaquismo y el humo de cigarrillo pasivo: el tabaquismo pasivo puede irritar los bronquios de tu hijo y empeorar sus síntomas.
• Lava tus manos con frecuencia: usa agua y jabón para evitar transferir gérmenes a tu hijo.

Si te preocupa la flema en la respiración de tu bebé, consulta con tu médico, quien podrá evaluar la causa de los síntomas y recomendar el tratamiento adecuado. También puede interesarte Cómo quitar lo mormado a un bebé.

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