¿Cómo cambia la nariz en el embarazo?

A medida que avanza el embarazo, el líquido se acumula en los tejidos, lo que se hace notable por un aumento de volumen, especialmente en las piernas, tobillos y pies. Esta hinchazón es normal, sobre todo en el tercer trimestre, y también puede ocurrir en los dedos, las manos y la cara.

La hinchazón de la nariz durante las semanas de embarazo se presenta como consecuencia de la retención de agua y de la dilatación de los vasos sanguíneos, bajo la acción de las hormonas. Al aumentar el flujo sanguíneo hacia los tejidos nasales, la nariz se hincha y cambia de forma, haciéndola parecer más grande e inflamada. Esta condición generalmente desaparece a las seis semanas después del nacimiento del bebé.

Incluso si la nariz no aumenta permanentemente de tamaño durante el embarazo, muchas mujeres embarazadas todavía se sienten hinchadas y congestionadas. Esta sensación puede ser tan intensa que a menudo se la denomina “nariz de embarazo”. Recuerda que estos cambios hormonales también pueden provocar un aumento de la secreción nasal, congestión (rinitis del embarazo) e incluso hemorragias nasales, una afección muy común en las mujeres embarazadas.

Qué cambia en la cara cuando estás embarazada

Además de la nariz, pueden ocurrir otros cambios faciales durante el embarazo:

• Melasma: el melasma es una afección que provoca la aparición de manchas oscuras en la piel, especialmente en la cara. Es causado por cambios hormonales y puede afectar las mejillas, la frente y el labio superior.
• Enrojecimiento facial: el aumento del flujo sanguíneo puede provocar enrojecimiento en las mejillas y la nariz.
• Párpados hinchados: la retención de líquidos puede causar hinchazón en los párpados.

Tu nariz se inflama temporalmente durante el embarazo, pero no debes preocuparte a menos que la hinchazón en tu cara sea muy notoria y se haga evidente en diferentes partes de tu cuerpo; en cuyo caso, debes acudir a tu médico o experto.

Los cambios hormonales son los principales responsables de los cambios nasales durante el embarazo. Estos cambios hormonales provocan una serie de reacciones en el cuerpo que incluyen:

• Aumento del flujo sanguíneo: durante el embarazo, el flujo sanguíneo aumenta en todo el cuerpo, incluido el revestimiento de la nariz. Este aumento del flujo sanguíneo puede provocar hinchazón y congestión.
• Retención de líquidos: la retención de líquidos es otro síntoma común del embarazo y puede contribuir a la inflamación nasal.
• Aumento de la producción de moco: los cambios hormonales también pueden provocar un aumento de la producción de moco en los bronquios, lo que puede bloquear los conductos nasales y dificultar la respiración.
• Inflamación de los tejidos: los tejidos nasales se vuelven más sensibles y más susceptibles a la inflamación, lo que puede empeorar los síntomas de la congestión nasal.

La "nariz del embarazo" puede manifestarse en cualquier momento durante la gestación, aunque es más común que aparezca durante el segundo y tercer trimestre. Este fenómeno se debe a una combinación de factores hormonales y fisiológicos que afectan el sistema respiratorio de la mujer embarazada.

Algunos de los factores que pueden influir en la aparición y la gravedad de los síntomas incluyen:

• Cambios hormonales: durante el embarazo, el cuerpo experimenta un aumento significativo en los niveles de hormonas, especialmente el estrógeno y la progesterona. Estos cambios hormonales son la principal causa de la congestión nasal, ya que promueven la dilatación de los vasos sanguíneos y aumentan el flujo sanguíneo en los tejidos nasales, provocando inflamación y hinchazón.
• Alergias: si una mujer tiene antecedentes de alergias estacionales, es probable que los síntomas empeoren durante el embarazo. Esto se debe a que el sistema inmunológico puede volverse más sensible a los alérgenos, lo que provoca una mayor reacción al polen, el polvo y otros irritantes ambientales.
• Infecciones respiratorias: las infecciones respiratorias, como el resfriado común o la sinusitis, pueden agravar la congestión nasal. Durante el embarazo, el sistema inmunológico de la mujer cambia, lo que la hace más susceptible a las infecciones. Esto puede resultar en un ciclo de congestión, ya que la inflamación y la acumulación de moco pueden ser más pronunciadas en este estado.
• Clima y ambiente: factores ambientales como el clima seco, la contaminación y el humo pueden empeorar los síntomas de congestión nasal. Un ambiente seco puede irritar aún más las membranas mucosas de la nariz, mientras que la contaminación puede desencadenar respuestas alérgicas o inflamatorias.
• Deshidratación: la deshidratación, que puede ocurrir si no se ingieren suficientes líquidos, puede llevar a un aumento de la viscosidad del moco, dificultando aún más la respiración. Mantenerse bien hidratada es fundamental para ayudar a fluidificar el moco y aliviar la congestión.

Una mujer embarazada puede experimentar diversos síntomas asociados con la congestión nasal, entre los cuales se incluyen:

• Sensación de congestión nasal: la obstrucción puede dificultar la respiración tanto por la nariz como por la boca.
• Secreción nasal: el exceso de moco puede llevar a una secreción nasal persistente.
• Picor de nariz: la irritación de la mucosa nasal puede causar picazón.
• Pérdida del sentido del olfato: en algunos casos, la congestión nasal puede afectar la capacidad de oler.
• Dificultad para dormir: la dificultad para respirar por la nariz puede interferir con el sueño.

Sentir cambios en la nariz durante el embarazo es completamente normal. Estos cambios son causados por las alteraciones hormonales y fisiológicas que ocurren en este periodo. Aunque no existe una cura para la "nariz del embarazo", hay una serie de medidas que pueden ayudar a aliviar los síntomas:

• Humidifica el aire: usar un humidificador puede ayudar a mantener el aire húmedo y reducir la congestión nasal.
• Utiliza solución salina fisiológica: aplicar una solución salina puede facilitar la limpieza de las fosas nasales y eliminar el exceso de mucosidad.
• Evita irritantes: es recomendable evitar la exposición a irritantes como el humo del cigarrillo, el polvo y los productos químicos, ya que pueden agravar los síntomas.
• Duerme con la cabeza elevada: colocar la cabeza ligeramente elevada al dormir puede contribuir a aliviar la congestión nasal.
• Consulta a un médico: si los síntomas son muy molestos o afectan significativamente la calidad de vida, es aconsejable consultar a un médico. Él podrá recomendar tratamientos más específicos y seguros.

Si experimentas congestión nasal persistente o severa en el embarazo, es importante que consultes a un profesional de la salud, especialmente si está acompañada de otros síntomas, como fiebre o dolor facial. En cualquier caso, si experimentas congestión nasal persistente o severa en el embarazo, es importante que consultes a un profesional de la salud, especialmente si está acompañada de otros síntomas, como fiebre o dolor facial.

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