Cambios hormonales en el embarazo: cuándo empiezan y cómo controlarlos

Los cambios hormonales durante el embarazo empiezan desde el mismo momento que se produce la concepción, es decir, cuando el óvulo se une al espermatozoide. Puntualmente, cuando el óvulo fecundado se implanta en el útero, el organismo comienza a producir una serie de hormonas para mantener este proceso y favorecer el desarrollo del embrión.

En esta primera etapa, se produce en el trofoblasto embrionario la hormona Gonadotropina Coriónica Humana (hCG), que mantiene la función del cuerpo lúteo y estimula la producción de otras hormonas necesarias durante el embarazo, como la progesterona y los estrógenos.

En líneas generales, estas hormonas junto con la lactógeno placentario, la relaxina, la prolactina y la oxitocina son las responsables de los cambios que se producen en la gestante. Sus niveles se mantienen en ascenso a lo largo de esta etapa, para luego disminuir durante el puerperio y de esta manera lograr que el cuerpo vuelva a la normalidad.

Durante el primer trimestre de embarazo los cambios hormonales son bastante intensos, pues el organismo necesita adaptarse de forma rápida a su nuevo estado para mantener el bienestar del bebé. A continuación, te mostramos qué hormonas rigen estos cambios al inicio del embarazo:

• Gonadotropina coriónica humana (hCG): su presencia en sangre y orina permite diagnosticar el embarazo. Es la responsable de los síntomas iniciales, como las náuseas y vómitos. Alcanza su pico máximo entre la séptima y octava semana, luego disminuye y se mantiene en niveles mínimos hasta el nacimiento del bebé.
• Progesterona: esta hormona favorece la implantación del embrión en el útero en las primeras etapas, actuando como "pegamento" entre el endometrio y el embrión. Además, relaja el músculo uterino para evitar contracciones, ayudando a prevenir abortos espontáneos. En este artículo encontrarás más información sobre la Progesterona en el embarazo: qué es, funciones, dosis y cuándo tomarla.
• Estrógenos: estas hormonas, presentes desde el primer trimestre, mejoran el flujo sanguíneo hacia el útero, garantizando una adecuada oxigenación para el bebé. También aumentan el flujo sanguíneo hacia las mamas, preparándolas desde el principio para la producción de leche.
• Lactógeno placentario: esta hormona favorece el crecimiento y desarrollo del feto mediante varios mecanismos, como el suministro de glucosa y nutrientes. Además, ayuda a preparar las mamas para la lactancia.

Cómo se manifiestan estos cambios hormonales en el primer trimestre

La hormona del embarazo o hCG es la hormona responsable de los síntomas comunes en la primera etapa del embarazo, como las náuseas, vómitos, falta de apetito y aversión a ciertos olores. Por su parte, la progesterona contribuye a sensaciones de cansancio, somnolencia, estreñimiento, acumulación de gases, indigestión y cambios de humor, característicos de la gestación.

Por otro lado, los estrógenos, al aumentar el flujo sanguíneo, pueden provocar sensibilidad en los senos y molestias leves en la zona uterina. Esta hormona también es responsable de muchos de los cambios físicos observados hacia el final del primer trimestre, como el crecimiento del útero, el ensanchamiento de las caderas y la aparición de sensibilidad en la piel, así como manchas.

Los cambios hormonales en esta etapa continúan. Sin embargo, los síntomas no suelen ser tan intensos, ya que el cuerpo materno comienza a adaptarse a esta gran transformación. Por su parte, síntomas como las náuseas y vómitos tienden a atenuarse debido a la disminución de los niveles de hCG.

En este trimestre, los niveles de relaxina aumentan exponencialmente. Esta hormona es responsable de relajar los músculos, articulaciones y ligamentos, especialmente en la pelvis, preparando el cuerpo para el parto.

Cómo se manifiestan estos cambios hormonales en el segundo trimestre

En el segundo trimestre, ueden aparecer dolores de espalda y en las caderas, desencadenados por la relajación muscular provocada por la relaxina. De igual modo, las mamas pueden observarse hinchadas y tensas debido al aumento de la hormona prolactina.

Los estrógenos favorecerán la aparición de la línea alba, una línea oscura en el abdomen, y también puede aumentar el sangrado en las encías. Además, el incremento del volumen sanguíneo elevará la frecuencia cardíaca y respiratoria. La acidez estomacal puede acentuarse debido a la relajación del tejido gastrointestinal provocada por la progesterona. Finalmente, la retención de líquidos puede causar hinchazón en los tobillos, manos y cara.

En esta última etapa los cambios hormonales tienen como función preparar el organismo para el parto y la lactancia. Por ello, se incrementan los niveles de oxitocina, la hormona que favorece la dilatación del cuello uterino, aumenta las contracciones durante el parto y estimula la liberación de la leche materna en el posparto. Estos cambios hormonales tienen como función preparar el organismo para el parto y la lactancia.

Por ello, se incrementan los niveles de oxitocina, la hormona que favorece la dilatación del cuello uterino, aumenta las contracciones durante el parto y estimula la liberación de la leche materna en el posparto. Este aumento en la oxitocina también contribuye al vínculo afectivo entre la madre y el bebé, promoviendo la sensación de bienestar y facilitando el proceso de apego. Estos cambios hormonales, en conjunto con otros ajustes fisiológicos, preparan al cuerpo para enfrentar el desafío del parto y el inicio de la lactancia, asegurando así una experiencia más fluida y natural.

Cómo se manifiestan estos cambios hormonales en el tercer trimestre

La progesterona contribuye a la sensación de pesadez y fatiga naturales de los últimos meses de embarazo. Los estrógenos, por su parte, continúan estimulando el crecimiento uterino y la maduración de los órganos fetales. Estas hormonas pueden afectar más allá de lo físico, incrementando el estrés y la ansiedad materna que preceden al parto.

Por otro lado, la relaxina, junto al peso del bebé, acentuará los posibles dolores en la columna y la pelvis. Adicionalmente, la prolactina aumentará la producción de leche materna, y los senos seguirán hinchados. En ocasiones, pueden aparecer las primeras gotas de leche.

Como se ha descrito anteriormente, la adaptación del cuerpo a la estimulación hormonal generará cambios en diversos órganos y tejidos, que se experimentarán a través de síntomas físicos y emocionales. En la mayoría de casos, los malestares físicos provocados por las hormonas son leves y tratables. No obstante, en algunos ocasiones, los síntomas pueden ser bastante intensos, hasta el punto de requerir el uso de fármacos para aliviarlos.

Asimismo, los cambios hormonales pueden aumentar el riesgo de ciertas complicaciones, como la diabetes gestacional. A nivel emocional, las fluctuaciones hormonales son responsables de los drásticos cambios de humor, que van desde la alegría y la euforia hasta la ansiedad y la irritabilidad. Estos cambios son comunes y transitorios, pero, sin duda, pueden afectar el día a día de la madre.

Los cambios hormonales son inevitables y necesarios para el desarrollo del embarazo. Sin embargo, aquí te dejamos algunas recomendaciones que pueden ayudarte a disminuir su impacto:

• Realiza actividad física: pilates, yoga prenatal, natación o simplemente caminar pueden mejorar el estado de ánimo, reducir el estrés y mejorar la circulación. Aquí encontrarás algunos Ejercicios de yoga para embarazadas.
• Mantén una dieta balanceada: se deben consumir frutas, vegetales, granos y proteínas. Asimismo, es importante evitar los alimentos procesados y ricos en grasas. Esto, además de mejorar la digestión, aporta la energía necesaria para las actividades diarias.
• Mantente hidratada: beber más de 8 vasos de agua al día ayuda a reducir la retención de líquidos y la hinchazón, mejora la digestión y previene el estreñimiento.
• Prioriza tu descanso: dormir bien ayuda a disminuir los niveles de fatiga y los cambios de humor.
• Busca apoyo emocional: compartir la experiencia del embarazo con amigos, asistir a grupos de apoyo o hablar con un profesional puede ser útil para sobrellevar los cambios emocionales del embarazo.

Los cambios hormonales son esenciales para que el embarazo llegue a término con un bebé saludable. Sin embargo, suelen provocar síntomas que pueden afectar el bienestar de la gestante en las diferentes etapas. Aunque los malestares que desencadenan no pueden prevenirse al 100%, es posible reducir su intensidad llevando un estilo de vida saludable. En todo caso, siempre es recomendable consultar con el especialista sobre cómo manejar estos síntomas.

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