Cambios en la piel y el cabello durante el embarazo

A continuación te explicamos los principales cambios en la piel durante el embarazo:

1. Acné

Los niveles elevados de estrógeno y progesterona durante el embarazo pueden estimular la producción excesiva de grasa (sebo) debido al aumento de la actividad de las glándulas sebáceas, lo que puede provocar acné o empeorar el ya existente. También aparecerán puntos negros y puntos blancos en la cara, el pecho y la parte superior de la espalda.

Los niveles de secreción de sebo tienden a aumentar durante el embarazo y vuelven a la normalidad después del parto. Este aumento de la secreción continúa durante la lactancia, posiblemente debido al efecto directo de la prolactina (una hormona que se encarga de producir leche materna) sobre la estimulación androgénica.

2. Cambio en la pigmentación (manchas oscuras en algunas zonas del cuerpo)

Alrededor del tercer mes de embarazo, la línea media del abdomen, desde el hueso púbico hasta el ombligo, así como los pezones, la areola y la vulva, se oscurecen hasta volverse marrón oscuro. Hacia el quinto mes, la areola parece más grande y se torna más oscura, pudiendo extenderse hasta el perineo, el ano y la parte interna de los muslos.

La intensidad de estos nuevos pigmentos o tonos de la piel disminuirá después del nacimiento del bebé.

3. Melasma

También conocido como la “máscara del embarazo”, el oscurecimiento facial, que a menudo se observa en la frente, las mejillas y alrededor de la boca, es causado por una mayor producción de melanina debido a cambios hormonales. Estos cambios hormonales pueden promover la aparición de manchas marrones en el rostro.

Además, es posible que aparezcan nuevos lunares o que los lunares existentes crezcan.

4. Estrías

A medida que el abdomen crece, la piel puede estirarse y dar lugar a estrías, especialmente en el abdomen, los muslos y los senos. Las estrías también pueden aparecer en la parte inferior del cuerpo a medida que el bebé crece dentro del útero. Durante el embarazo, las estrías pueden ser de color rojo, marrón o incluso morado; después del parto, estas marcas se desvanecerán y serán menos perceptibles.

Tras el nacimiento del bebé, pueden aparecer estrías en los senos a medida que aumentan de tamaño en preparación para la lactancia. La recomendación es evitar el aumento de peso brusco, haciéndolo de forma gradual para que la piel no se estire demasiado. Para ello, sigue una dieta sana y equilibrada y mantén algo de actividad física. En este artículo encontrarás Cremas y aceites antiestrías que puedes usar en el embarazo.

5. Varices

Por un lado, los factores hormonales y los aumentos mecánicos de la presión venosa crean las condiciones para la aparición de varices en las piernas, lo que puede provocar sensación de pesadez y dolor en las pantorrillas,síntomas desaparecen en gran medida después del nacimiento. Los tratamientos más eficaces son las medidas posturales y las medias de compresión.

Además, debido al aumento de presión en la zona anal, pueden aparecer hemorroides, es decir, un agrandamiento patológico de los vasos sanguíneos cavernosos del recto. Una dieta que fortalezca el intestino y el ejercicio moderado son las mejores medidas preventivas.

6. Cambios en las uñas

Aunque las uñas de las manos crecen normalmente alrededor de un centímetro cada tres meses y las de los pies un centímetro cada nueve meses. Esta tasa aumenta durante el embarazo, aparentemente debido a un incremento general del metabolismo y la circulación periférica.

Algunas embarazadas experimentan uñas quebradizas debido a la descamación de las placas horizontales desde el borde libre de la uña. Esta separación en capas provoca que las uñas se rompan fácilmente, resultando en bordes astillados, irregulares y ásperos. Esta alteración puede estar relacionada con una deficiencia de hierro, que es común durante este período.

Sin embargo, no todas las mujeres reportan uñas quebradizas y caída del cabello después del parto. De hecho, algunas observan que su cabello y uñas crecen más rápido y con mayor fuerza. La mayoría experimenta una pérdida de cabello después de dar a luz, pero, con el tiempo, tanto el cabello como las uñas volverán a su estado habitual.

Muchas mujeres reportan un aumento en el crecimiento del cabello durante el embarazo, aunque después del parto, este incremento puede dar lugar a una caída del cabello. En esta etapa, el cabello también puede volverse más seco, graso o rizado debido a los cambios hormonales. Además, el estrés metabólico del embarazo y el consumo elevado de suplementos nutricionales, vitaminas y minerales pueden influir en el crecimiento capilar.

Los niveles elevados de estrógeno suelen estimular el crecimiento del cabello, haciéndolo más grueso y abundante. Después del parto, cuando los niveles hormonales vuelven a la normalidad, algunas pueden experimentar una caída temporal del cabello. A continuación, te detallamos los cambios más comunes en el cabello durante el embarazo:

1. Aumento en el crecimiento del cabello

Durante el embarazo, muchas mujeres notan un incremento en la tasa de crecimiento del cabello. Este fenómeno se debe a un aumento en el número de folículos pilosos activos, impulsado por los niveles elevados de estrógeno en el cuerpo. El estrógeno prolonga la fase de crecimiento del cabello (fase anágena) y retrasa la fase de reposo (fase telógena), lo que resulta en un cabello más grueso y abundante.

Este crecimiento acelerado suele ser una de las experiencias más destacadas del embarazo en términos de cambios en la apariencia capilar.

2. Alteraciones en la textura del cabello

Además del aumento en el crecimiento, el cabello puede experimentar cambios en su textura debido a las fluctuaciones hormonales durante el embarazo que afectan la producción de sebo y la estructura del cabello. En algunos casos, el cabello se vuelve más seco, graso o rizado en comparación con su estado previo al embarazo.

La variabilidad en estos cambios puede ser significativa de una mujer a otra, reflejando cómo cada cuerpo responde a las hormonas del embarazo.

3. Impacto del estrés metabólico

El estrés metabólico del embarazo puede afectar la salud capilar. A pesar de que muchas mujeres toman suplementos nutricionales y vitaminas recomendados durante el embarazo, las deficiencias en nutrientes esenciales como el hierro y el zinc pueden llevar a cambios en su apariencia, como un cabello más frágil o con menor brillo y vitalidad.

4. Efectos después del parto

Una vez que el embarazo ha concluido y los niveles hormonales vuelven a su estado habitual, algunas mujeres pueden experimentar una caída temporal del cabello conocida como efluvio telógeno. Este fenómeno se produce porque el cabello que estaba en la fase de crecimiento se adelanta a la fase de caída debido a la disminución brusca de estrógenos después del parto. Por lo general, con el tiempo el cabello suele regresar a su patrón normal de crecimiento y densidad.

Es importante tener en cuenta que los cambios en el cabello durante el embarazo y el posparto pueden variar considerablemente según cada caso particular. Mientras algunas pueden notar un aumento notable en la densidad del cabello, otras pueden experimentar distintos cambios en la textura y salud capilar. Si tienes preocupaciones significativas sobre la salud de tu cabello, consulta a un profesional de la salud para recibir orientación y apoyo adecuados.

Recuerda que además de hidratar tu piel, existen varias medidas que puedes tomar para cuidar tu piel y afrontar los cambios del embarazo. Algunos de ellos son los siguientes:

• Hidratación: mantén la humedad de tu piel utilizando cremas hidratantes o lociones que no contengan perfume ni alcohol. La hidratación es clave para prevenir la sequedad y mantener la piel suave y flexible.
• Protector solar: usa un protector solar de alta protección (SPF 30 o superior) todos los días, incluso en días nublados. Esto ayuda a prevenir el melasma y otras imperfecciones de la piel. Evita la exposición directa al sol entre las 10 a.m. y las 4 p.m. para proteger tu piel de daños adicionales.
• Evita el estrés: el estrés puede afectar la salud de tu piel y cabello. Practica técnicas de relajación y asegúrate de tomar tiempo para ti misma.
• Mantén una dieta saludable: consume una dieta rica en frutas, verduras y agua para mantener tu piel y cabello sanos y nutridos. Los nutrientes esenciales como las vitaminas y minerales favorecen la elasticidad de la piel y el fortalecimiento del cabello.
• Evita productos irritantes: opta por productos suaves y sin fragancia y evita jabones fuertes, detergentes y productos con aromas intensos que puedan irritar la piel sensible.
• Evita los cambios bruscos de temperatura: el frío, el viento, el calor excesivo o el aire acondicionado pueden secar o irritar la piel.
• Cuida tu cabello: durante el embarazo, tu cabello puede experimentar cambios en su textura y crecimiento. Utiliza champús suaves y acondicionadores hidratantes para mantenerlo saludable. Evita tratamientos agresivos como tintes y alisados que puedan dañar tu cabello. Además, asegúrate de consumir suficientes nutrientes esenciales para fortalecer tu cabello desde adentro.
• Consulta a tu médico: ante cualquier duda o inquietud sobre los cambios en la piel o el cabello durante el embarazo, es importante consultar con tu médico o dermatólogo. La mayoría de los cambios en la piel y el cabello son temporales y tienden a volver a la normalidad después del parto. Trata de tener paciencia y seguir las recomendaciones profesionales para cuidar de ti misma durante esta etapa.

La mayoría de los cambios en la piel y el cabello durante el embarazo son temporales y tienden a regresar a la normalidad después del parto. Mientras tanto, es importante tener paciencia y cuidar de ti misma con atención y dedicación.

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