Caída del pelo en el embarazo: causas, tratamiento y cómo prevenirlas

Es normal que algunas mujeres experimenten caída del cabello durante el embarazo y después del nacimiento del bebé. Esto suele estar relacionado con las alteraciones que ocurren en el ciclo de vida del cabello, secundarias a la acción de las hormonas en este tejido. Este ciclo capilar consta de tres fases: una fase de crecimiento, una fase de reposo y una fase de caída.

Durante la gestación, estas fases pueden verse afectadas, lo que provoca que más cabellos entren en la fase de reposo y eventualmente se caigan. Esta condición se conoce como efluvio telógeno, y aunque puede aparecer durante los primeros meses de embarazo, es más frecuente después del nacimiento del bebé."

En este sentido, el cambio en las características en el cabello, así como la caída, puede variar dependiendo del trimestre de embarazo. Te lo detallamos a continuación:

• Primer trimestre: en esta etapa es más habitual que el cabello se vuelva más fino y quebradizo por la acción de la progesterona. Asimismo, es posible que comience a caerse, esto se debe a la variación hormonal, el estrés que supone el inicio de un embarazo y la mala alimentación secundaria a los malestares, como acidez, náuseas y vómitos.
• Segundo trimestre: es la etapa donde mejora el aspecto del pelo en el embarazo. Esto ocurre porque los niveles de estrógenos aumentan, lo que ralentiza naturalmente el ciclo del cabello, favoreciendo la fase de crecimiento y evitando el desprendimiento del cabello del folículo piloso. De allí que muchas mujeres notan su pelo más grueso, abundante y saludable a partir de la semana 15 de embarazo.
• Tercer trimestre: a lo largo del tercer trimestre la mayoría de las mujeres observan su pelo saludable, con una disminución de la producción de grasa. Sin embargo, otras observan como su cabello pierde el brillo, es débil y se cae con facilidad. Sea cual sea el caso, es parte normal de la gestación.

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La caída de pelo en las embarazadas se debe principalmente a las siguientes causas:

• Cambios hormonales: las fluctuaciones de las hormonas del embarazo inciden en la salud capilar, bien sea para mejorar el aspecto del mismo o para promover la caída.
• Deficiencias nutricionales: durante la gestación, el organismo requiere más nutrientes para favorecer la formación y desarrollo del bebé. Si la dieta carece de vitaminas y minerales, como hierro, zinc, y vitaminas del complejo B, como biotina, el cabello puede debilitarse y caerse con mayor facilidad.
• Estrés físico y emocional: el embarazo puede afectar el manejo de las emociones y vivirlas con mayor intensidad. Por ello, muchas mujeres pueden sentirse más estresadas y ansiosas. El estrés puede interrumpir el ciclo de crecimiento del cabello, acelerando la caída del mismo.
• Otras afecciones: algunas embarazadas pueden tener problemas de salud crónicos como trastornos en la tiroides, bajos niveles de hierro o enfermedades autoinmunes que favorecen la caída del cabello.

Durante esta etapa, no suele ser necesario ningún tratamiento especial para tratar la caída del pelo, ya que, como se ha descrito, se considera una manifestación normal relacionada con los cambios fisiológicos que ocurren. Sin embargo, si se desea aplicar un producto para fortalecer el folículo piloso, se debe consultar con el especialista antes de usarlo, ya que este debe ser suave, sin químicos agresivos y seguro para la madre y el bebé.

En la mayoría de los casos, lo mejor es esperar a que este problema se resuelva por sí solo luego del nacimiento del bebé y poner en práctica algunos consejos para minimizar la pérdida de cabello. Entre estos:

• Elige alimentos ricos en nutrientes, que contengan antioxidantes, flavonoides y vitaminas del complejo B, como la biotina, para estimular el crecimiento del cabello. Conviene, además, elegir alimentos ricos en proteínas, hierro, vitamina C, E y zinc.
• Elige champús y acondicionadores adecuados para tu tipo de cabello, que sean naturales y orgánicos, libres de químicos. Es mejor si contienen biotina y sílice.
• Evita el uso de tratamientos químicos anticaída, como el minoxidil. En la actualidad, aún son limitados los estudios sobre los efectos de los tratamientos químicos para el cabello durante el embarazo. Por ello, lo mejor es evitarlos y elegir otras opciones más naturales para tratar la caída, como el romero, la cebolla o la remolacha.
• Realiza masajes suaves en el cuero cabelludo mientras lo lavas. Esto ayudará a activar la circulación y a nutrir el cabello.
• Elige un peine de cerdas suaves y anchas, y péinalo solo cuando esté seco. El cabello mojado es más frágil, y peinarlo puede empeorar la pérdida de pelo.
• Evita el uso de ligas, colas o trenzas muy ajustadas que puedan provocar la caída del cabello por tracción.
• Evita el uso de calor, como secadores, planchas o tenazas. Utiliza la configuración fría o deja secar el cabello al aire.
• Evita las situaciones de estrés, ya que podrían empeorar el problema.

En algunos casos, también puedes consumir suplementos nutricionales siempre que el médico así lo indique.

Para mantener la salud capilar y prevenir la caída del cabello no asociada a alteraciones hormonales durante el embarazo, toma en cuenta los siguientes consejos:

• Lleva una dieta rica en nutrientes: la dieta durante el embarazo debe ser rica en frutas, verduras, proteínas magras y granos enteros. Estos alimentos proporcionan vitaminas y minerales como hierro y biotina necesarios para mantener el cabello fuerte y saludable.
• Mantente hidratada: beber durante el día al menos 8 vasos de agua, mantiene el cuero cabelludo hidratado y previene la resequedad.
• Practica técnicas de relajación: practicar yoga, meditación o pilates puede ayudar a controlar los niveles de estrés, y de esta manera reducir el impacto de esta emoción sobre el embarazo.
• Evita productos químicos para el cabello agresivos: evita el uso de productos capilares que contengan sulfatos, parabenos y otros químicos agresivos que puedan dañar el cabello y el cuero cabelludo, como los alisados, tintes o moldeados. Estos pueden favorecer la caída del cabello, incluso, afectar el desarrollo del bebé.

Durante el posparto, los niveles de estrógenos bajan considerablemente para llegar a sus niveles normales. Esto provoca que el cabello retome su ciclo normal de crecimiento y caída, favoreciendo la pérdida de cabello adicional. De ahí que al menos el 40% de las mujeres noten una caída considerable de cabello que se intensifica entre el tercer y cuarto mes de posparto.

A pesar de que puede resultar alarmante notar un exceso de cabello en el cepillo, en el suelo y en el desagüe, debes saber que esto es algo temporal y que suele controlarse por sí solo en un plazo de 6 a 12 meses. Por lo tanto, si experimentas una caída del cabello durante el embarazo y posparto, lo más importante es que seas paciente y esperes a que todo llegue a su normalidad.

No obstante, es necesario consultar con tu médico si la pérdida es excesiva o si se acompaña de otros síntomas. Dependiendo de la necesidad, el especialista indicará pruebas para detectar si este problema está relacionado con una deficiencia nutricional o desequilibrio hormonal, y de esta manera, recomendará el tratamiento adecuado.

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